Tarrant, 12 de octubre. En una de sus máximas pruebas rumbo a la Copa del Mundo, México estuvo lejos de lo que su afición espera. No sólo enfrentó a la tercera mejor selección clasificada en Sudamérica, también a un rival con otro ritmo de juego, voraz, agresivo, muy superior en el control y manejo de la pelota, al que le entregó una derrota por goleada (4-0) y no pudo hacerle ni un rasguño en el AT&T Stadium, sede del primero de dos partidos de preparación correspondientes a la Fecha FIFA de octubre.

A diferencia de lo que ocurre en la zona de Concacaf, donde supera con comodidad a naciones de menor trascendencia en el fútbol, los jugadores del representativo mexicano perdieron altura. Parecieron una especie de sparring ante un adversario de élite , ubicado en el lugar 13 del ranking

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