El salario mínimo en Estados Unidos lleva décadas perdiendo terreno frente al costo de vida. Desde su punto más alto en 1968, su valor real se ha reducido de forma constante, dejando a millones de trabajadores luchando por cubrir gastos básicos como vivienda, transporte o alimentos. Sin embargo, en los últimos años, el panorama ha comenzado a cambiar gracias al impulso de movimientos sociales y laborales que han logrado poner el tema sobre la mesa.
A partir de 2026 varias ciudades en todo el país planean aumentar su salario mínimo local , adelantándose a la política federal y buscando que los ingresos reflejen de forma más justa el costo de vida real . Estas urbes, muchas de ellas con altos precios de renta y servicios, están respondiendo a una demanda creciente por mejore