Esta semana volví a manejar la GMC HUMMER EV , ese mastodonte eléctrico que representa, al mismo tiempo, lo mejor y lo peor de la industria automotriz moderna.
Lo mejor, porque demuestra el increíble potencial tecnológico que hoy tenemos para mover un vehículo de casi 9,000 libras con cero emisiones y hasta 1,160 caballos de fuerza.
Y lo peor, porque revela lo contradictorio que puede ser el camino hacia la electrificación total . Después de esta nueva experiencia, me quedó claro, una vez más: el futuro del automóvil es eléctrico. Quizás no en 2030, como predijeron algunos hace apenas cinco años, pero no hay otra salida posible.
Política contra progreso
Mientras el mundo acelera hacia la electrificación, Estados Unidos parece haber pisado el freno.
Desde el primer día de la actu