Desde su campaña electoral para volver a la Casa Blanca, el líder republicano estadounidense, Donald Trump, se trazó la meta de utilizar toda su influencia para poner fin a los conflictos globales. Una apuesta ambiciosa y arriesgada que pocos creyeron, pero que hoy comienza a dar sus frutos.

Con una diplomacia pragmática, Trump empieza a escribir su historia como pacificador. Tiene a su haber, según ha recordado, acuerdos que trajeron paz o evitaron conflictos bélicos en siete y, el más reciente, es sin duda un hito: el entendimiento entre Israel y Hamás para acabar más de dos años de guerra, cuya primera fase se cumplió este lunes con la liberación de 20 rehenes por la excarcelación de 1.969 palestinos, previo el repliegue militar israelí a una zona establecida de común acuerdo.

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