Este sujeto cuyo nombre completo es Konstantinos “Kosta” Diamantis, se desempeñaba coma una autoridad encargada de establecer cuáles serían las compañías constructoras a cargo de renovaciones, demoliciones o nuevas construcciones de escuelas en Connecticut.
Aprovechando estas circunstancias de poder y decisiones y sin contar con auditores que vigilaran su conducta administrativa, Diamantis usando distintos argumentos tales coma tener muy poco dinero en su cuenta bancaria y atrasos en pagos de tarjetas, o el no tener dinero para sufragar los gastos de matrícula de su hija en una escuela privada, “sugería” a las compañías interesadas en ser elegidas para recibir contratos proveerle fondos para su uso personal lo cual implica el delito de soborno a nivel de servicios públicos.
De este modo