La caficultura en Venezuela presenta una situación dual, marcada por un lado por el resurgimiento de marcas y el reconocimiento de la calidad de su café, y por otro, enfrenta serios desafíos estructurales y económicos que afectan a los productores.

Comencemos por ver el vaso medio lleno. Hay aspectos positivos y de resurgimiento. En primer lugar, la calidad y el reconocimiento. El café venezolano, históricamente bien ponderado por su calidad (principalmente la variedad Arábica), está recuperando atención. Se destacan los cafés cultivados en regiones con condiciones ideales de altitud y clima, como los estados Táchira, Mérida, Trujillo, Lara, Portuguesa y parte de Barinas.

También hay un aumento de marcas y emprendimientos. Se ha observado un auge en el sector, con el registro de más de 3

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