Cuando Cristina Mayor , de 79 años y vecina de Mungia, alcanzó la hora de jubilarse tras 40 años de vida laboral, descubrió el bien más preciado: “Siempre fui una persona muy activa pero me di cuenta de que en mis manos tenía lo mejor, tiempo para mí ”. Lo asevera después de haber criado a cuatro hijos y de haber cuidado tanto a sus padres como a sus suegros. “Antes la última era siempre yo y ahora que estaba en disposición de mirarme a mí, pensé en qué podía ofrecer a los demás”, evoca risueña, con una apariencia física envidiable y un espíritu contagioso. Referente en el desarrollo comunitario y pionera en la defensa de los derechos de la mujer en su localidad a través de la asociación Diz-Diz, tiene claro que “los mayores debemos salir de nuestra burbuja, socializar, aprender y dar”

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