El 16 de octubre de 1375, cuentan las crónicas “seis hombres buenos de Ansó con el alcalde Sancho Gracia a la cabeza dictaron sentencia en un juicio que tuvo como marco el atrio de la iglesia parroquial de San Pedro en Ansó” . Esta sentencia puso fin al conflicto entre los valles de Roncal y Baretous por el uso de pastos para el ganado. Órganos jurídicos de Bearne y del reino de Navarra habían recurrido a la localidad altoaragonesa ante la imposibilidad de poner fin al problema , para que actuaran de jueces, dada la la fama de gente razonable y serena de la que gozaban sus habitantes.
La sentencia de los árbitros ansotanos obligaba a los baretoneses a pagar a los roncaleses, en lo sucesivo, y el 13 de julio de cada año, tres vacas “de dos años, de un mismo pelaje y cornaje y sin tac