Ni lo acepto ni consigo entenderlo: ¿por qué un futbolista de primer nivel no está en condiciones de mojarse?

¿Por qué no puede entrar el trapo en determinados asuntos?

Aplaudo su honestidad y su compromiso social, el discurso que le distingue de la tribu de futbolistas

Si le preguntamos por Gaza, Donald Trump, la homosexualidad en el fútbol o el procès , lo normal es que el futbolista pase palabra. O no sabe o no contesta. O directamente, interpreta que todo lo que diga puede ser usado en su contra.

(De hecho, ruedan por ahí entrevistas pactadas de antemano; el agente reclama las preguntas y lanza un preaviso: “De esto, mi futbolista no hablará, y de esto, tampoco”).

Me repito: ni lo acepto ni lo entiendo, por mucho que las palabras de los futbolistas vayan a misa, y por eso me ofe

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