En un claro del bosque canadiense, bajo un cielo opaco y ramas retorcidas, un pequeño grupo de personas observa, inmóvil, a un hombre de mirada hipnótica y barba desordenada. En ese instante, la policía ya lo buscaba en todo el país. Esa reunión sería una de las últimas de una secta llamada “Ant Hill Kids” (Los niños del hormiguero). Ya se habían descubierto los abusos, torturas y crímenes. Todos ocurridos bajo el mando de Roch Thériault, un líder carismático convertido en verdugo .
La lluvia fina se mezcla con los murmullos temblorosos de los hijos e hijas del grupo. La policía avanza entre chozas improvisadas y montículos de tierra, atenta a cada rincón. Aquello que comenzó como una comunidad aislada en busca de pureza espiritual, se revela como el escenario de uno de los episodios