Un nuevo estudio recogido en The Lancet Healthy Longevity explica que dejar de fumar, aunque sea a una edad avanzada, contribuye en un menor deterioro cognitivo y en disminuir el riesgo de padecer demencia. El estudio se apoya en casi 9.500 casos en 12 países diferentes.

El informe surgió de una investigación del University College de Londres (UCL) y señala que las capacidades cognitivas de los investigados que habían dejado de fumar a partir de los 40 años habían aumentado significativamente respecto de aquellos que lo habían hecho en los seis años siguientes.

También ya se sabe desde hace décadas que fumar perjudica al cerebro, dado que afecta la salud cardiovascular y daña vasos sanguíneos que suministran oxígeno. También perjudica el sistema cognitivo, porque provoca una inflamación

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