Septiembre fue el mes de la prevención del suicidio, una oportunidad para abrir los ojos y el corazón a un flagelo que afecta a millones en el mundo. La Organización Mundial de la Salud estima que más de 700.000 personas pierden la vida por suicidio cada año, una cifra devastadora que nos recuerda que el dolor silencioso puede ser mortal si no se atiende a tiempo.

En Venezuela , la realidad es especialmente compleja: la incertidumbre, la crisis económica y social, sumadas a experiencias personales de pérdida y angustia, generan un terreno fértil para la desesperanza. Pero más allá de las cifras, lo que más duele son las historias humanas detrás de ellas: padres, hijos, amigos y colegas que sienten que no hay salida.

Comprender las causas

El suicidio no es un acto impulsivo ni

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