Se acercan tropas insurgentes para atacar el aeropuerto, donde militares españoles van a sacar de zona de guerra a un grupo de refugiados. Va a llegar un carro de combate y traen morteros. El Ejército solicita apoyo aéreo... y un torrente de datos pasa entre máquinas y entre hombres . Drones voladores que anteceden a los cazas cuentan lo que detectan en la zona. Kilómetros detrás, los aviones disponen su armamento . Muy lejos, en el puesto de control, un algoritmo selecciona, de las armas disponibles, las más adecuadas por potencia y cercanía para eliminar los blindados y las piezas artilleras que amenazan al grupo, y calcula las posibilidades de acierto. “¿Sí? ¿No?”, pregunta la IA en la pantalla. Sí. De los cazas parten misiles aire-tierra. La señal de un satélite y las de los dr

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