**Crisis Política: Nombramiento de Álvarez Miranda Agita el Congreso**

El reciente nombramiento de Ernesto Álvarez Miranda como presidente del Consejo de Ministros ha reavivado el debate político en el Congreso de la República. Este nombramiento se produce en un contexto de inminente presentación del gabinete para solicitar el voto de confianza, un paso constitucional esencial para el inicio de funciones del nuevo Ejecutivo.

Las reacciones de los legisladores han evidenciado un escenario de fragmentación. Algunos sectores de oposición han emitido pronunciamientos críticos, mientras que otros voceros de bloques tradicionales han llamado a la cautela. La juramentación del nuevo equipo ministerial, convocado por el presidente José Jerí, marcó el cierre de un periodo de incertidumbre tras la vacancia de Dina Boluarte el 10 de octubre.

Durante el evento en el Palacio de Gobierno, el presidente Jerí presentó un gabinete de perfil técnico, excluyendo a exministros y congresistas de la gestión anterior. Sin embargo, la congresista Flor Pablo, no agrupada, criticó al gabinete, describiéndolo como “de la continuidad y la repartija”. Pablo se refirió al premier como “terruqueador” y acusó al gobierno de alentar la represión policial, instando a respetar el derecho a la protesta y a proteger la vida de los manifestantes.

Por su parte, Sigrid Bazán, del Bloque Democrático Popular, anticipó que no otorgarán el voto de confianza al gabinete liderado por Álvarez, a quien calificó de “terruqueador de la protesta social” y con “graves cuestionamientos, incluidos denuncias de violación”. Bazán afirmó que este gobierno de transición no representa un cambio democrático.

Ruth Luque, también del Bloque Democrático Popular, subrayó que la designación de Álvarez representa “la continuidad del gabinete de Dina Boluarte” y criticó su autodenominación como un “gabinete de reconciliación”. Luque argumentó que el discurso del premier no promueve la reconciliación, sino que garantiza la represión.

Silvana Robles, de la Bancada Socialista, calificó el nombramiento de Álvarez como “una afrenta al país”, cuestionando su postura sobre las protestas y su justificación de la represión. En contraste, Carlos Alva, vocero de Acción Popular, mostró una reacción más cauta, sugiriendo que el premier podría ser un buen director del grupo de ministros, aunque subrayó la importancia de la fiscalización.

Edward Málaga expresó reservas sobre la capacidad de convocatoria del gabinete, pero no descartó su apoyo. Luis Aragón, de AP, valoró positivamente la trayectoria de Álvarez, considerándolo un profesional moderado y técnico.

La Constitución establece que la Presidencia del Consejo de Ministros debe presentar su política general ante el Congreso en un plazo máximo de treinta días. Durante esta sesión, se debatirá si el gabinete de Álvarez cuenta con el respaldo necesario para continuar con la agenda de transición o si será necesario reconfigurarse.