Cuando pensamos en terremotos, solemos imaginar destrucción: grietas, edificios derrumbados, paisajes alterados. Sin embargo, el verdadero proceso de transformación del planeta continúa mucho después del temblor . Tras un sismo, las zonas afectadas atraviesan un período de deformación post-sísmica, durante el cual la corteza terrestre busca adaptarse a las nuevas tensiones generadas por el movimiento.
Hasta ahora, los geólogos asumían que ese proceso de “recuperación” era relativamente continuo y uniforme . Pero una nueva investigación del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT), publicada en la revista Science , revela una historia mucho más compleja. El estudio muestra que la “curación” de la Tierra ocurre a dos velocidades distintas: mientras las capas superficiales (a men