Mucho ruido y pocas motos. Hasta el mediodía de este miércoles, la irrupción de más de un centenar de integrantes del club de motociclistas autodefinido como "Hells Angels" (o Ángeles del Infierno) en las calles céntricas de La Plata y alrededor de varios hoteles de lujo desplegó un sentimiento de fiasco para los sorprendidos platenses que se cruzaban con robustos muchachos barbudos, de camperas negras y brazos tatuados. Es que las motos no aparecieron en la ciudad y el encuentro anual se terminó trasladando a Berazategui.
Los muchachos que vinieron de varios países del mundo (se vieron identificaciones de España, Alemania, EEUU, Malasia, Tailandia, entre otros) viajaron temprano en colectivos, tal como una estudiantina en contingente de fin de semana, hacia un predio de la zona sur de