En el inicio, la escena tenía toda la carga simbólica que buscaban ambos. Pero con el transcurrir de los minutos, el encuentro entre Javier Milei y Donald Trump en la Casa Blanca pareció borrar las expectativas positivas con las que había llegado el argentino. Hubo elogios, gestos de amistad, pero una sentencia que convirtió a las próximas elecciones en cruciales.

Este martes, ambos almorzaron en la Casa Blanca. Pero, detrás de los gestos de sintonía personal, sobrevoló una frase que sintetizó la verdadera naturaleza de la relación: “Si pierde (Milei), no seremos generosos”. Con esas palabras, el presidente de Estados Unidos condicionó públicamente el apoyo económico de Washington a los resultados de las elecciones legislativas argentinas del 26 de octubre.

Para el exembajador argentino

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