China ejecutó una de las mayores redadas contra comunidades cristianas en los últimos años al detener a decenas de pastores y fieles de la Iglesia de Sión, la red protestante no oficial más grande del país. Las operaciones, realizadas en al menos siete ciudades —incluidas Pekín, Shanghái y Zhejiang—, dejaron unos 30 líderes religiosos bajo custodia, entre ellos el fundador, el pastor Jin Mingri, acusado de “uso ilegal de redes de información”, cargo que podría costarle hasta siete años de prisión.

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Según la organización cristiana ChinaAid, las detenciones fueron coordinadas para desarticular la comunicación entre iglesias no registradas. “Se emplean cargos técnicos para disfrazar una persecución religio

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