En 2003, la Selección Colombia Sub-20 escribió una de las páginas más recordadas del fútbol nacional al conseguir el tercer puesto en el Mundial de la categoría disputado en Emiratos Árabes Unidos. Bajo la dirección de Reinaldo Rueda, el equipo juvenil mostró un fútbol sólido y equilibrado, destacándose por su disciplina táctica y el talento de una generación que luego sería protagonista en el fútbol profesional.
Colombia avanzó con paso firme en la fase de grupos, superó con autoridad las rondas eliminatorias y, aunque cayó ante España en la semifinal, se quedó con la medalla de bronce tras vencer a Argentina 2-1 en el partido por el tercer lugar. Los goles de Erwin Carrillo y Jaime Castrillón sellaron una victoria histórica que consolidó a ese grupo como el más exitoso en la historia de