Hace casi cinco décadas desde que en 1982 General Motors aterrizase en Figueruelas . Desde entonces, el motor socioeconómico de Aragón ha pivotado en torno a la marca Opel y el de la automoción ha avanzado a pasos agigantados como un sector estratégico para la región. La unión entre gigantes que terminó hace un lustro por absorber la marca del rayo -por aquel entonces ya Grupo PSA- bajo la firma norteamericana Stellantis (también gestiona, entre otras, Citroën, Peugeot, DS o Maserati) ha modificado la forma, pero en el fondo nada ha cambiado. Figueruelas sigue operando y se prepara para la electrificación con todo lo que ello supone y ante un contexto en el que el Viejo Continente tiene el reto de recuperar su competitividad en el mercado.
Vehículos como el Opel Corsa y el Peu