Saber realizar una reanimación cardiopulmonar (RCP) puede marcar la diferencia entre la vida y la muerte. Sin embargo, mantener el ritmo correcto al hacer las compresiones torácicas no siempre es fácil. Por eso, los especialistas proponen una herramienta simple y efectiva, seguir el pulso de una canción.
El truco consiste en elegir temas musicales con entre 100 y 120 pulsos por minuto (BPM), la frecuencia ideal para realizar las compresiones en el pecho durante una emergencia. Ese rango permite mantener una cadencia constante y eficaz, sin acelerar ni detener el movimiento.
La música como metrónomo vital
Según la Sociedad Argentina de Cardiología, solo el 10% de las personas que sufren un paro cardíaco fuera del hospital recibe RCP antes de la llegada del personal médico.
“Recordar el