Probablemente Nexperia no nos suene. No fabrica teléfonos ni ordenadores, pero sus pequeños chips están presentes en una buena parte de dispositivos. Durante años, fue una empresa discreta con sede en Países Bajos y propiedad de la china Wingtech, lejos del foco mediático. Todo cambió este otoño, cuando el Gobierno neerlandés tomó el control temporal de su gestión alegando motivos de seguridad económica , y pocos días después China prohibió que su filial exportara parte de sus productos. En apenas una semana, una compañía invisible se convirtió en el epicentro del nuevo pulso tecnológico entre Europa y Pekín.
La medida del Gobierno neerlandés no fue una expropiación, pero sí un movimiento inédito. El Ministerio de Asuntos Económicos invocó la Ley de Disponibilidad de Bienes , una le