Más de 300 comunidades del centro y este de México permanecen aisladas tras deslaves y severas inundaciones provocadas por intensas lluvias, mientras miles de soldados y brigadas civiles trabajan para reabrir carreteras bloqueadas.
El gobierno federal confirmó la muerte de al menos 64 personas y reportó que decenas continúan desaparecidas. Autoridades advierten que la magnitud de los daños en poblaciones remotas, con entre 500 y 1,000 habitantes, aún no puede cuantificarse con precisión.
El fenómeno se originó por la convergencia de dos tormentas tropicales en la costa occidental del país, que coincidió con un cierre de temporada de lluvias particularmente intenso, provocando ríos desbordados y laderas inestables.
“Reabrir las carreteras es una de nuestras mayores prioridades”, afirmó l