BEIJING, CHI.- Varias altas figuras del sector automotriz, energético y tecnológico de Occidente han regresado recientemente de misiones de negocio a China con sentimientos que oscilan entre la sorpresa, el temor y la urgencia: el país asiático parece estar implementando una transformación industrial vertiginosa centrada en la robótica, la inteligencia artificial y la manufactura automatizada. Entre esos ejecutivos está el director general de Ford, Jim Farley.
El fenómeno ha sido destacado en medios como The Telegraph, con titulares como “por qué los ejecutivos occidentales que visitan China regresan aterrados”, aludiendo a fábricas prácticamente sin luces —las llamadas “dark factories”— cuyos procesos están casi enteramente automatizados.
Algunos de los ejecutivos entrevistados relatan