El regreso de Neymar al Santos parecía el comienzo de una historia redentora. Volver al club donde todo empezó, devolverle el brillo perdido y, de paso, reencontrarse con su mejor versión futbolística. Sin embargo, el guion ha sido muy distinto. El conjunto paulista atraviesa una temporada decepcionante, aún enredado en la lucha por la permanencia en el Brasileirao, y el delantero, lejos de su esplendor, apenas ha podido dejar destellos de su talento.

A sus 33 años, el ariete suma tres goles en 13 partidos y convive con la frustración de no haber sido el impulso que el Santos esperaba. Ni el retorno mediático ni su jerarquía individual han bastado para cambiar el rumbo del equipo. Mientras el campeonato brasileño entra en su recta final, el delantero ya comienza a mirar más allá: Europa v

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