En las últimas semanas, el Congreso de México ha sido escenario de un tenso debate político en torno a la reforma de la Ley Aduanera , también conocida como Ley de Aduanas. La iniciativa, impulsada por el gobierno de la presidenta Claudia Sheinbaum, busca modernizar, transparentar y endurecer el control sobre las operaciones aduaneras, con especial énfasis en combatir la evasión fiscal, el contrabando y el fenómeno conocido como “huachicol fiscal” (contrabando y apropiación ilícita de combustible).
Este debate ha captado la atención política porque toca intereses fundamentales del comercio exterior, la recaudación fiscal, la competitividad del país y las condiciones de operación de los agentes aduanales — actores cuya responsabilidad y obligaciones cambiarían sustancialmente con el nuev