@guerrerochipres

Cuando alguien dice “no fue para tanto”, “relájate, no exageres”, o una amiga observa un moretón y prefiere no preguntar, está el silencio encubridor de un delito: las lesiones por razones de género, la antesala de situaciones probablemente relacionados con feminicidio.

Son heridas como probable heraldo de la muerte y durante años han sido tratadas por la ley como simples delitos de lesiones dolosas, sin reconocer su raíz en el odio, dominación o control del cuerpo femenino y de las identidades sexogenéricas diversas. En esa ceguera institucional comienza el ciclo de impunidad traducido en tragedia.

En la Ciudad de México, la Jefa de Gobierno, Clara Brugada, ha decidido intervenir en ese punto ciego: visibilizar las lesiones motivadas por razones de género y sancionarla

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