El encuentro, gestionado por la regidora panista, buscó mantener la comunicación sin máscaras ni llaves ocultas, en cumplimiento con la instrucción del alcalde Marco Bonilla, quien pidió mantener una administración de frente, sin marrullerías y con contacto directo con la ciudadanía.
La reunión se llevó a cabo con la energía de una función estelar: los marmoleros subieron al ring con sus inquietudes y propuestas bajo el brazo, mientras los funcionarios municipales escuchaban atentos desde su esquina técnica.
No hubo caídas falsas ni conteos de tres: el diálogo fue parejo y con respeto, buscando que las próximas festividades del 1 y 2 de noviembre no los tomen fuera de forma.
En un gesto digno de fair play, Lupita Borruel agradeció a De Lamadrid por entrarle sin miedo al intercambio de i