Los Estados Unidos habían apaciguado su orgullo viendo que China había perdido el rumbo. Después de 35 años de un crecimiento asombroso, desde 1980 hasta 2015, Pekín cometió errores, tanto internamente como en el exterior: Sus líderes reprimieron algunos de los sectores más innovadores del país, desde la tecnología hasta la educación, llevando a los emprendedores al exilio o al silencio. El gobierno chino coqueteó con volver a estatizar empresas privatizadas. Su diplomacia alienó a sus vecinos, desde India hasta Australia, Nepal y Vietnam.
Pero esa era terminó. Los líderes de China han corregido su curso.
En septiembre, mientras el Presidente Trump acusaba en la Asamblea General de la ONU a las naciones de ser un fracaso sin esperanza y criticaba a la ONU por no renovar su sede, el Pre