Con cada día que pasa del cierre del gobierno, cientos de miles de empleados federales suspendidos o trabajando sin paga enfrentan una creciente presión financiera. Y ahora se enfrentan a una nueva incertidumbre con los despidos prometidos por la administración Trump.

Se ha avanzado poco para poner fin al cierre mientras entra en su tercera semana, con republicanos y demócratas aferrándose a sus posiciones y convencidos de que su mensaje está resonando con los votantes. El destino de los trabajadores federales es uno de varios puntos de presión que eventualmente podrían empujar a las partes a resolver el estancamiento.

“Afortunadamente pude pagar el alquiler este mes. Pero seguro que voy a tener facturas que no se pagarán este mes, y realmente no tengo muchas opciones”, declaró Peter Far

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