Hay ocasiones en que la demagogia ahoga a los demagogos. A la jefa de gobierno de la Ciudad de México, Clara Brugada, se le hizo muy simbólico proyectar su modelo de zonas culturales conocidas como “Utopías” y en la comparecencia de su primer informe de gobierno dijo claramente que la capital de la República debe ser llamada “Ciudad Utopía”.
Y muchas veces –quizá más de las que se debieran– los políticos suelen caer víctimas de sus propias palabras. Utopía es un concepto filosófico que quiere decir literalmente el “no lugar” (U, no; topos, lugar). Y la Real Academia que vigila el uso del lenguaje da dos definiciones: plan, proyecto, doctrina o sistemas ideales que parecen de muy difícil realización.
Por si hiciera falta, la misma Academia proporciona en el diccionario de la lengua una li