A Yesica García le salvó la vida la dichosa vacuna del Covid. Había pasado un año desde un confinamiento histórico, y los médicos recomendaban ponerse la segunda dosis de la vacuna. Yesica, que siempre confió en la medicina, pidió su cita previa y a los días de habérsela puesto se encontró un pequeño bulto. Sin embargo, no le dio importancia, porque los expertos ya habían avisado de que uno de los efectos secundarios podría ser la inflamación de los ganglios.
Pero tras palparse ella misma llegó al pecho izquierdo y notó que ese bultito no desaparecía, así que acudió al hospital. Le hicieron una mamografía pero optaron por no realizar ninguna ecografía porque no veían nada relevante. Y se equivocaron. Cinco meses después, el bulto había crecido considerablemente y en el mes de