A comienzos de los años 2000, investigadores de la Universidad de Wisconsin–Madison descubrieron que el cerebro de Matthieu Ricard generaba una actividad inusualmente alta de ondas gamma, asociadas con la memoria, el aprendizaje y la concentración. Este hallazgo llevó a que los medios lo apodaran “el hombre más feliz del mundo” .

Nacido en Francia y con formación en biología molecular, Ricard decidió abandonar su carrera científica para dedicarse a la vida monástica en el Himalaya. Hoy, a los 78 años, es un referente mundial del bienestar y ha sido condecorado con la Orden Nacional del Mérito de Francia por su trabajo humanitario.

En diálogo con The New York Times, compartió las tres prácticas que considera esenciales para alcanzar una vida equilibrada y plena.

Ricard explicó que su bie

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