El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, se preguntó durante su primer mandato por qué debería aceptar refugiados de “países de mierda” como Haití o algunos países africanos. Ahora parece dispuesto a materializar ese sentimiento en una transformación radical del sistema de refugio estadounidense, que durante años ha contado con gran apoyo bipartidista. Según documentos internos obtenidos por The New York Times , la Administración Trump quiere fijar el límite de refugiados admitidos en 7.500 el próximo año, una drástica reducción respecto al máximo de 125.000 que estableció Joe Biden el año pasado, y para ello se plantea priorizar “refugiados que puedan asimilarse plena y adecuadamente, y que estén alineados con los objetivos del presidente”.

La Casa Blanca quiere dar preferencia a

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