Abres el grifo, te dispones a ducharte y dejar correr el agua hasta que sale caliente. Antes, has ido al lavabo de la cocina para beber un vaso de agua. Dos gestos que traen lo mismo, litros y litros de agua , y que hemos normalizado en nuestra rutina diaria .

Sin embargo, eso nos hace ser menos conscientes de la realidad de una parte enorme del mundo, que vive sin poder acceder ni a una gota de agua potable . Es completamente normal que, al tenerlo tan integrado entre nuestros hábitos, no pensemos que se trata de un lujo , pero, sin embargo, lo acabamos viendo cuando carecemos de él.

El día que hay una avería en tu edificio, o que se ha cortado el agua para algún tipo de obra de mantenimiento, te das cuenta de que el agua en casa es un privilegio . Cuando falta, vemos lo nece

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