Por Juan Pablo Catalán - Académico e investigador de Educación UNAB.
Este miércoles 15 de octubre, mientras Chile preparaba homenajes para celebrar el Día del Profesor, en la Cámara de Diputados no hubo flores, ni discursos, ni reconocimiento . Lo que hubo fue ausencia. La Ley de Titularidad Docente, que debía ser votada, no alcanzó el quórum.
La escena roza la tragicomedia. En la semana destinada a agradecer a quienes sostienen el sistema educativo, el Estado decidió no aparecer. Era la oportunidad de transformar los saludos protocolares en dignidad laboral, de convertir la retórica de la “educación de calidad” en un gesto concreto hacia quienes la hacen posible. Pero, claro, el amor al magisterio no da votos.
Miles de docentes llevan años —sí, años— esperando su titularidad.