El comercio de la lana en Cuenca y su tierra tuvo una importancia muy destacada para la economía y la sociedad, ya que hicieron posible la rentabilidad de la cría de grandes rebaños de ovejas merinas.

La presencia de comerciantes venidos de la península Itálica a Cuenca para comerciar y exportar las lanas castellanas vino de lejos, desde finales del siglo XV y principios del XVI; sobre todo fueron genoveses, florentinos y milaneses, que en muchas ocasiones se avecindaron en Cuenca.

La lana producida por las ganaderías ovinas merinas conquenses a finales de la Edad Media eran consideradas de gran calidad y la gran mayoría de ellas se destinó a la exportación para la fabricación de paños de alta calidad, mientras que otras lanas de Castilla (Burgos, Melgar, Ezcaray, Segovia, Ávila, Palenci

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