La democracia estadounidense es como árbol vacío, acabado por las termitas caquistocráticas representadas por un sector de propietarios. Ha degenerado en una democracia aparente que se va a pique, está hundiéndose. Esa “democracia” se encuentra sujeta a una patología monstruosa (la caquistocracia, el gobierno de los peores), en la que es inexistente la distinción y separación entre el poder económico, el poder político y el poder ideológico (el control de los medios de información y persuasión, para el despliegue de los modelos mercadotécnicos).
Si la caquistocracia finalmente logra multiplicarse, habrá que reconocer que la democracia ha dado paso a un modelo antidemocrático recurriendo a la vía aparentemente democrática. Michelangelo Bovero describe lo que él mismo denomina cascada de ef