El fin de cuatro décadas de una concesión petrolera en Guatemala abre un debate entre un modelo de desarrollo inclusivo con la naturaleza y otro en el que prevalezca el interés económico
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Durante casi 40 años, en el norte de Guatemala, la empresa anglo-francesa Perenco extrajo crudo pesado con alto contenido de azufre y metales, un petróleo cuyo destino principal fue la elaboración de asfalto. Según estimaciones del Ministerio de Energía y Minas, en ese periodo el Estado percibió ingresos brutos por más de 1.500 millones de dólares.
Pese a los sueños iniciales en 1985, la industria nunca llegó a ser un mot