Para muchas empresas, crecer es una señal de éxito, pero también el origen de nuevos riesgos. A medida que aumentan las ventas, se multiplican los procesos internos, los flujos de trabajo, las interacciones con clientes y proveedores, y sobre todo, las exigencias operativas. En ese contexto, escalar no puede significar simplemente “vender más”. Escalar, en el mundo empresarial real, significa construir una arquitectura interna capaz de sostener ese crecimiento de manera eficiente, estructurada y sostenible.
El desafío real del crecimiento corporativo
Es común ver compañías que, a pesar de un aumento constante en su facturación, se ven envueltas en cuellos de botella, errores administrativos, problemas de coordinación entre departamentos y una sensación generalizada de caos operativ