La falta de propuestas del oficialismo, más allá de tratar de eliminar a los que les acaban de ganar una elección por un amplio margen, hace que finalmente salgan a la luz este tipo de anuncios proselitistas sin una sola idea.
El spot es aburrido, vuelve a lugares comunes y llamativamente cuando se abre la puerta de LLA no hay un energúmeno gritando "Viva la Libertad, carajo".
Otro punto llamativo es que a la hora de mostrar cómo deben votar se tuvieron que limitar a poner siluetas sin rostro, como una clara muestra de la vergüenza que debe generarles que en la boleta esté la cara de un narco.