Por: Fabrina Acosta – Contreras

Es inevitable escribir esta columna con las emociones alborotadas, como un rio crecido o los vientos conversadores de la alta Guajira, eso es lo que genera el documental de BRIGITTE BAPTISTE (Planeta B), a quien tengo el honor de llamarla amiga, aliada, cómplice y referente; un ser humano con la humanidad encendida, un ser de amor, sensibilidad y libertades en toda la extensión de la pluralidad imaginada e insospechada.

Nunca he dudado que ella y yo tenemos un tejido especial que no se limita a este plano material, algo nos unió de manera profunda, algo así como hermandad a primera vista y hoy entendí un poco de ello; las dos hemos atravesado por el dolor y el renacimiento profundo de perder a una hermana, hemos vivido en la selva (Araracuara) y transitam

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