Recuperar el placer de comer y dejar atrás la culpa y la ansiedad que a menudo acompañan a la alimentación en Occidente. Ese es el objetivo final de una filosofía japonesa que está ganando adeptos por su enfoque radicalmente opuesto a la cultura de la dieta. Se trata del shokuiku , o «educación alimentaria», un concepto que no impone restricciones calóricas, sino que propone un profundo cambio de mentalidad para reconciliarse con la comida. En esencia, se trata de una herramienta para cultivar el bienestar, aplicando principios que también respaldan los secretos para ser más feliz según los psicólogos.
De hecho, la base de esta corriente no es otra que la consciencia plena. El shokuiku invita a prestar una atención genuina a lo que ingerimos, a interesarse por el origen de los produ