Los misiles Tomahawk vuelven a la primera línea del debate internacional tras la sugerencia del presidente estadounidense Donald Trump de entregarlos a Ucrania, una propuesta que ha tensado aún más las relaciones con Rusia. Estos proyectiles, que miden 6,25 metros, pesan aproximadamente 1.400 kilos y llevan el nombre del hacha de guerra de los indios norteamericanos, son codiciados por el gobierno de Zelenski como herramienta para presionar a Putin en las negociaciones para finalizar el conflicto que comenzó en febrero de 2022.
El líder ruso, Vladímir Putin, ha sido contundente al advertir que la entrega de estos misiles de crucero de largo alcance solo serviría para "dañar considerablemente" las relaciones con Estados Unidos. "Para ser sincero, quizás tenga que hablar con Rusia sobre