Ver Zaragoza desde arriba es una forma de comprender su geografía: el Ebro como eje, los barrios extendiéndose hacia el sur y el horizonte que se abre hacia los Monegros . Pero no hace falta un dron ni una torre turística para hacerlo.

La ciudad conserva miradores naturales y urbanos que combinan historia, paisaje y tranquilidad, lejos del ruido del centro.

El mirador de Juslibol: la ciudad desde el escarpe

A pocos minutos del casco urbano, el mirador de Juslibol es uno de los más espectaculares. Desde el borde del galacho , la vista abarca el meandro del Ebro, la zona universitaria y las torres del Pilar al fondo.

En los días despejados, incluso se distingue la silueta del Moncayo. Es un punto ideal para entender cómo Zaragoza creció en torno al río y cómo la naturaleza aún

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