José Jerí Oré ha completado su primera semana como presidente de transición de Perú, en un contexto marcado por la tensión social y la violencia. Su gobierno comenzó tras la destitución de Dina Boluarte, y ya ha enfrentado su primera crisis significativa con la muerte de Eduardo Ruíz Sanz, un músico que falleció el 15 de octubre en la Plaza Francia. Se ha señalado al suboficial de tercera Luis Magallanes como el responsable del disparo que causó su muerte. Este trágico evento dejó más de cien heridos, tanto civiles como policías, pero Jerí Oré se mantiene firme en su cargo.

A pesar de las críticas y la presión social, un intento de censura contra la Mesa Directiva del Congreso, liderado por Jaime Quito, fracasó al obtener solo 20 votos a favor, lo que le permite a Jerí Oré continuar al mando del país. Sin embargo, su gabinete ministerial ha sido objeto de controversia. El presidente tardó casi cinco días en presentarlo, y su elección de Ernesto Álvarez Miranda como presidente del Consejo de Ministros generó críticas debido a sus publicaciones en redes sociales en contra de las manifestaciones, las cuales eliminó poco antes de asumir el cargo.

Jerí Oré ha descrito su gabinete como un "gabinete de reconciliación nacional", pero las acciones de varios ministros, como el ministro del Interior, Vicente Tiburcio, han sido percibidas como poco conciliadoras. Tiburcio se refirió a los estudiantes de San Marcos como los "más violentos" durante las protestas, lo que le llevó a disculparse tras la presión de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos (UNMSM). Actualmente, tanto Jerí Oré como sus ministros han sido denunciados constitucionalmente por la muerte de Ruíz Sanz, y se ha informado que algunos miembros del gabinete están considerando renunciar.

Además de la crisis política, el nuevo presidente enfrenta serios problemas de criminalidad y extorsión en Lima y otras regiones. Una de sus primeras acciones fue liderar un megaoperativo en penales de Lima para mostrar control sobre el crimen organizado. También tuvo que atender una emergencia en San Juan de Miraflores, donde un incendio destruyó más de 100 viviendas, dejando a miles de damnificados. Jerí Oré supervisó la atención a las familias afectadas y coordinó esfuerzos de apoyo.

En reuniones con autoridades locales, el presidente se comprometió a implementar medidas más drásticas contra la inseguridad, incluyendo la evaluación de un posible toque de queda y el despliegue de militares en las calles. Estas decisiones reflejan la compleja agenda que enfrenta su gobierno, que busca mantener el orden interno mientras intenta recuperar la confianza de la ciudadanía en medio de una creciente crisis social.