Una investigación del Centro Federal de Inteligencia Criminal (CFIC) documentó cómo funcionarios, enlaces y empresas privadas se coordinaban para permitir el ingreso, descarga y distribución de a los puertos vigilados por la . El entramado combinaba planeación digital, complicidades institucionales y un esquema de en efectivo.

La ruta comenzaba en la aplicación Trema, en la que un enlace identificado como “NK” coordinaba las operaciones. Desde ahí se enviaban listas de funcionarios militares y civiles que recibirían los barcos con combustible que se declaraba como aceite o aditivo, se asignaban responsabilidades y se organizaban los pagos. Loading…

En algunos casos, otros contactos (“O”, “YR”, “KM”) actuaban como subenlaces para mantener la comunicación en tiempo real.

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