En mayo de 1972, dos hombres armados entraron al Museo de Arte de Worcester, en Massachusetts, y sustrajeron cuatro pinturas atribuidas a Paul Gauguin, Pablo Picasso y un supuesto Rembrandt.
El asalto dejó un guardia herido y fue clasificado por 'The New York Times' como “uno de los mayores robos de arte de la época moderna”.
El plan fue organizado por el delincuente Florian “Al” Monday, pero terminó desmoronándose cuando los autores presumieron de su hazaña en un bar local.
En menos de un mes, las obras fueron halladas en una granja de cerdos en Rhode Island y devueltas intactas. Según la 'BBC', este robo no solo reveló la vulnerabilidad de los museos, sino que también inspiró el famoso atraco de 1990 al Museo Isabella Stewart Gardner de Boston , considerado el más costoso de la histor