El despropósito de los fallos en el sistema de cribado de cáncer de mama en el Servicio Andaluz de Salud (el SAS) , otrora el mejor servicio de sanidad del mundo, es la segunda prueba en pocos días de que las mujeres en España somos ciudadanas de segunda , si bien nos va.

Después del escándalo de las pulseras defectuosas del “ Todo a cien” , que tenían que cumplir la nimia misión de proteger la vida de las mujeres en riesgo extremo de ser atacadas por potenciales feminicidas , ahora vemos cómo, de nuevo, lo que puede ser la diferencia entre la vida y la muerte de miles de mujeres se le escapa al sistema.

Desgraciadamente, en el ámbito de la salud esto ni es nuevo ni es insólito. La política sanitaria pública ha decidido siempre que no se invierte en las mujeres . Que pu

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