Cariño, te dejo. Estoy harta de que estés tan obsesionado con las políticas de Donald Trump.

–No me puedes hacer esto, Aranceles.

–Araceli, me llamo Araceli.

El chiste es un género algo denostado, pero que yo adoro. Me pueden encontrar en sobremesas contándolos. Bueno, leyéndolos, porque no tengo memoria para retenerlos. A veces no puedo ni acabar de leerlos por mis cataplexias (esa enfermedad rara que cuando algo me da mucha risa, me quedo sin tono muscular y me caigo). Tengo una carpeta en el móvil donde voy guardando los que más gracia me hacen. Y este con el que arranco el artículo es uno de mis preferidos.

Trump empezó siendo un chiste en sí mismo. Nos lo tomamos a broma. Nos choteamos de él por cómo hablaba, por las cosas que decía, por su color de pelo. Todo nos hacía gracia de

See Full Page